lunes, 4 de octubre de 2010

La Lectura Històrica desde los Sentimientos


Las demandas económicas, políticas y socioculturales de las sociedades modernas son cada vez más apremiantes. Infinidad de proyectos deslumbrantes son presentados en los medios de comunicación, la idea del éxito como meta personal parece ser la conquista del siglo y las grandes potencias golpean las sociedades dependientes.


El mundo se vuelve más complejo, la prisa por sobrevivir hace que el tren vaya a una velocidad increíble, de ahí que los jóvenes tengan una serie de inquietudes que los impulsa a buscar nuevas lecturas de las cosas y variadas formas de aprendizajes.


La globalización de las informaciones y los conocimientos demandan de una preparación acorde con realidades concretas. La tecnología como herramienta de trabajo ya es un elemento incorporado a la cotidianidad; de manera que los educadores no nos podemos substraer a esta verdad, por el contrario, corresponde acompañar, actuando como mediadores de una transformación social a partir de sus propios intereses.


La Historia como ciencia controversial y polémica requiere de un tratamiento que desde una perspectiva atractiva aproxime al lector a los contenidos históricos, promoviendo niveles de criticidad y valores éticos que regulen su convivencia en cualquier sociedad.

La enseñanza de la Historia tiene que adueñarse del corazón de los estudiantes y lectores en general, si quiere influir en su formación humana, lo que no contradice la presencia constante de reflexiones y demostraciones científicas.

La educación de los sentimientos debe ir pareja con la educación científica, sin menoscabo del desempeño de la palabra oral o cualquier método que procure la transmisión de conocimiento.

La enseñanza por medio de impresiones en los sentimientos es la manera más fácil, menos trabajosa y más agradable. Tiene por objeto el desarrollo del hombre tanto cognitivamente como emocionalmente, así como la búsqueda de un sistema que concilie la diversidad para que no se fatigue su atención y amenidad.


Por su contenido socio cultural el estudio de la Historia propicia la formación de valores con un extraordinario potencial educativo. Es acervo cultural que nos permite comprender el mundo en que vivimos.

No hay comentarios: